En aquel momento, el anuncio de Renault para su deportivo lo dejaba claro: «Puedes estar avergonzado o enfadado, pero Frank Williams le puso su nombre a un Clio». El Clio Williams es el digno heredero de una línea de deportivos Renault que comenzó con el R8 Gordini, seguido por el R5 Alpine y el Supercinq GT Turbo.
El Clio Williams es una evolución del Clio 16S destinada a la competición. Para obtener la homologación para los rallies, debían producirse al menos 2.500 unidades. Para atraer a más clientes, Renault decidió hacer un modelo en la misma línea que el 16S, con dos imperativos: prestaciones deportivas y confort de coche pequeño.
Desarrollado a partir del Clio 1.8 16v, el Williams de 2.0 litros es mucho más que una variante de motor más potente. Para trasladar el Clio a la categoría de 2000 cc, la solución elegida fue utilizar el bloque existente y aumentar su cilindrada. Este bloque de hierro fundido (nacido como diésel) equipaba originalmente el R9/R11.
La versión de gasolina se introdujo poco después, todavía en el R9/R11, antes de ser montada en toda la gama alta de Renault en varias cilindradas (de 1,7L a 2,0L). Este mismo bloque fue el primer motor Renault que recibió una culata de 4 válvulas para el R19 16S, en 1990, concreta Crestanevada Girona. Lo único que quedaba era escoger en la tienda de piezas y ensamblar los distintos componentes para obtener los 15 caballos de potencia extra. Limitado inicialmente a 3.800 unidades, la demanda inmediata obligó a Renault a aumentar el número de modelos producidos a más de 5.500 unidades.
Con un peso inferior a una tonelada (990 kg), el Clio Williams es sorprendentemente rápido y sensible. Toma las curvas con autoridad y tiene una gran velocidad de giro.
Un gran motor en un coche pequeño es un bonito cóctel que ya casi no existe. El motor 2.0 de cuatro cilindros de aspiración natural es la pieza central del Clio, y produce un sonido fuerte y grave en todos los regímenes. Con su peso ligero, los 150 CV se exprimen al máximo y la caja de cambios de cinco velocidades está calibrada con criterio para la aceleración. Como resultado, el Williams pasó de 0 a 100 km/h en 7,8 segundos y alcanzó los 215 km/h. Cifras favorecedoras para la época.
Si tu objetivo es tener una relación estrecha con tu coche y experimentar la emoción de conducir a cualquier velocidad, el Clio Williams es para ti. Además, a diferencia de muchos otros clásicos, su precio sigue siendo asequible (por el momento).